Los mercadillos navideños de la República Checa, como antesala de la Navidad, son un micromundo donde se instala la alegría de forma perenne. Representan la felicidad de las cosas sencillas y previsibles: curiosear entre los puestos, comprar algún detalle artesano, tomar un ponche caliente y un dulce de canela, escuchar un coro de voces angelicales cantando un villancico... y compartir tiempo con los tuyos. Porque de eso se trata, de visitar los mercadillos para constatar que la vida sigue como siempre, con sus luces, su árbol navideño, su música tradicional, sus risas y ese frío que te hace sentir vivo.
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05 Historia y Patrimonio
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Cultura
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