Carnavales en Chequia, una tradición que ha conquistado a la Unesco

El Carnaval no es una celebración exclusiva de Brasil, Uruguay, Venecia o Tenerife. Es más, el Carnaval checo de Hlinsko incluso ha sido declarado Patrimonio Inmaterial Cultural de la Humanidad por la Unesco. Pero, ¿cómo imaginas que celebran el Carnaval en la República Checa? ¿Irán disfrazados, desfilarán, habrá platos especiales para esta fecha? Te podemos decir que un poco de todo, y que los checos no desperdician ocasión para pasarlo en grande.

Por: Pepa García

Publicado: Febrero 09, 2021

El origen de los Carnavales de Chequia se remonta, como mínimo, al siglo XIII, y ya entonces mostraba su particular carácter desenfadado y divertido. Por supuesto, no lo celebraban igual las clases humildes que las más privilegiadas, el índice de derroche era un tanto diferente. Esta fiesta, exceptuando cierto periodos –como la prohibición de los siglos XVIII y XIX por la Iglesia católica, o la del gobierno socialista en parte del siglo XX– se ha mantenido como un factor de cohesión entre las distintas generaciones. Los padres involucran a los niños desde pequeños y les enseñan  a construir las máscaras tradicionales, a desfilar, etc.

En checo, el carnaval recibe el nombre de masopust, que es la traducción del italiano “carne levare”, haciendo alusión a la obligación cristiana de no comer carne durante el periodo de Cuaresma. El pistoletazo de salida del masopust se produce el Jueves Grasiento (Tučný čtvrtek), un día en el que está bien visto dejarse llevar por el desenfreno, tanto en la comida como en la bebida. Las mesas se llenan de viandas antidieta como chorizos, chicharrones, longanizas, cabezas de cerdo cocidas y ricos pasteles. Particularmente curioso es que en algunas regiones, quienes no pueden acudir a la fiesta reciben una cesta con estos productos, en Moravia las llaman “joyas” y en Bohemia, “matanza”. Tiene su lógica el contenido de la cesta, ya que este periodo previo a la primavera se correspondía con el de la matanza del cerdo.

Y si la fiesta comienza con una gran comilona, la despedida del carnaval también debe hacerse a lo grande. El día elegido es el Martes de Carnaval (previo al Miércoles de Ceniza). Durante esa jornada se organizan grandes desfiles de disfraces (vostatky), hay música en directo y mucha fiesta. Como no podemos hablaros de todos los carnavales de la República Checa, hemos elegido tres muy característicos: Hlinsko, Praga y Český Krumlov.

CARNAVAL DE HLINSKO, PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL DE LA HUMANIDAD

El carnaval de la región de Hlinsko fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2010, y cada año reúne a miles de visitantes. Dicho galardón reconocía que las tradiciones carnavalescas hubiesen permanecido inalteradas durante varias generaciones, y también que se hubiese respetado el modo de organizar los desfiles y el tipo de disfraces que intervienen en los mismos. Si os decidís a conocerlo en el futuro, tendréis que acudir a Bohemia del Este, y concretamente a los pueblos de Vortová, Studnice, Blatno y Hamry, ubicados alrededor de la ciudad de Hlinsko.

Dos datos curiosos de este carnaval es que en los desfiles sólo pueden participar hombres y niños, y que en el cortejo se deben incluir obligatoriamente 21 personajes con disfraces tradicionales. En la comitiva, que marcha acompañada de una banda de música, desfila en primer lugar una yegua y un carnicero, y les siguen judíos con un saco, turcos con los que se parodiaban antiguas campañas bélicas, hombres de paja, deshollinadores, la mujercita, etc. Una anécdota es que la yegua al final del desfile, tras un manifiesto jocoso, es ficticiamente sacrificada por el carnicero y posteriormente resucitada con un chupito de aguardiente.

Todos los disfraces guardan una simbología propia, muchas veces relacionada con el medio agrario. Las máscaras de osos y caballos se vinculan con la fertilidad y la abundancia, las de color negro con demonios, los hombres de paja con la fecundidad, etc. En ciertos lugares aún se siguen desfilando por las calles y realizando un baile ritual en cada casa para garantizar una buena cosecha. A cambio reciben un aguinaldo en forma de bebidas o dulces tradicionales.

CARNAVAL DE PRAGA, UNA FIESTA EN CADA BARRIO

El Carnaval de Praga representa una versión renovada de estos festejos, y muchos distritos acogen con entusiasmo esta celebración. Se preparan completos programas para sorprender a vecinos y turistas con desfiles de disfraces, tradicionales e imaginativos, decenas de puestos en calles y plazas para comer y beber, y música en directo por doquier. En años anteriores, en el Carnaval de Žižkov llegaron a desfilar hasta 4.000 personas. El barrio de Letná, uno de los más dinámicos de Praga, también dispone de un programa carnavalesco propio. En 2020 hubo fiesta en el Museo Nacional de Agricultura, y un gran encuentro en el Parque de Letná.

CARNAVAL DE ČESKÝ KRUMLOV, UNA FANTASÍA ELEVADA AL CUBO

Si de Český Krumlov tenemos la imagen de una ciudad de fantasía, ya podéis imaginar lo que debe ser el Martes de Carnaval, cuando se convierte en el escenario de todo tipo de personajes enmascarados que buscan sorprender a los visitantes. Ese día, un gran desfile infunde vida a sus calles medievales, y juglares, músicos, damas, caballeros y niños pasean disfrazados mientras el público aplaude entusiasmado. Pero en esta fiesta no se trata sólo de mirar, sino que hay que dejarse tentar por el pecado de la gula probando las recetas típicas de la región, y también participar en algún taller, aunque sea de rosquillas de carnaval. No os marchéis sin probar las ediciones especiales de cervezas que se preparan para el carnaval ni las macro barbacoas instaladas en muchos rincones.

Y ahora que conoces los tres, ¿qué carnaval te gustaría visitar en primer lugar?

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