Selvas, cuevas y volcanes, tres destinos naturales con carácter

La geografía checa pasa de 0 a 100 km/h a velocidad de fórmula 1: suaves praderas y campos de cultivo que se rompen en acantilados, cañones de areniscas caprichosas arropados por bosques frondosos cuyo subsuelo esconde cuevas aún más fascinantes, manantiales de agua hirviendo junto a parques idílicos.

Por: Colaborador invitado

Publicado: Junio 26, 2018

Por eso quizá sea más justo decir que se mantiene a cien por hora en casi toda su extensión, como andando sobre la cuerda floja de los accidentes naturales más fabulosos.

Muchos creen que Chequia se encuentra dentro de la gran llanura europea. Sin embargo, este pedazo de tierra queda fuera de sus límites y conjuga como pocos aquello de “lo bueno si breve, dos veces bueno”. Muy accidentado aunque perfectamente accesible, cuando se viaja por carretera a veces se tiene la sensación de que, en cada hectárea, hicieran acto de presencia todos los fenómenos geográficos posibles. Algunos, de lo más curioso.

La reserva natural de Soos

Este pequeño infierno de “volcanes” es una anécdota de poco más de dos kilómetros cuadrados que, para ser justos, ni siquiera es muy representativo del paisaje nacional. Pero sí muy significativo para esta región al oeste del país, Karlovy Vary, famosa por sus aguas termales y minerales.

Se trata de un parque geológico ubicado en un viejo salar mutado a turbera que, a primera vista, ofrece el típico paisaje de humedal. Sin embargo, una vez se accede al circuito de pasarelas de madera (de poco más de un kilómetro), se descubren manantiales de agua hirviendo, algunos naturales y otros, la mayoría, provocados por perforaciones artificiales. No es que sea el parque americano de Yellowstone, pero sin salir del continente europeo es uno de los parajes más curiosos a nivel geológico.

Como parte de una excursión desde Karlovy Vary a destinos como Františkovy Lázně o Cheb, la reserva de Soos es perfecta para visitar en familia porque, además del puro atractivo de los manantiales, recorre el parque un trenecito turístico de vía estrecha que ameniza la experiencia.

Šumava y la “selva” de Boubín

El bosque húmedo europeo apenas se conserva virgen e intacto en un par de lugares del continente. Uno de ellos es el sur de Bohemia, donde bajo el nombre de reserva de Boubín se protege a este bosque que ofrece un paseo como de cuento de hadas entre ejemplares de hayas y arces de más de tres siglos de edad.

En realidad el bosque primigenio de Boubín es una isla, una excepción de seis kilómetros cuadrados en la vasta región de Šumava. Esta, por contra, sí ha sido explotada y transformada hasta el extremo en siglos pasados. Por fortuna, la conservación natural ha ganado la batalla a la explotación maderera y minera, y, aunque ahora la mayoría de especies actuales son foráneas (fundamentalmente abetos), la ambiciosa reforestación ha sido un éxito y hoy la región ofrece un paisaje frondoso, fresco en verano y radiante en otoño, sobre el que nadie diría no ser el original.

El karst de Moravia

La dolina kárstica más profunda de Europa está en Chequia, a unos pocos kilómetros de la descarada ciudad de Brno. Su caída de 140 metros desde la superficie al fondo seco (más otros 50 metros que se hallan inundados) ha servido de escenario para algunas leyendas. Conocida como el abismo de Macocha, a su alrededor y especialmente junto al río Punkva, hay otros cientos de cuevas documentadas, algunas en estado natural y otras, la mayoría, muy alteradas por la acción del hombre. Y es que, aunque en Chequia hay una importante tradición minera, en estas latitudes del país la costumbre de excavar el subsuelo está más relacionada con la seguridad y el turismo que con la extracción de metales y piedras preciosas.

Desde Brno hay que poner rumbo norte; apenas en los barrios de las afueras ya se asoma el bosque, que pronto se hace profundo. Las carreteras recorren cañones húmedos, sombríos y con mucho encanto, que conducen a decenas de cuevas para todos los gustos y públicos, incluyendo antiguos refugios militares, cuevas con restos de grandes mamíferos, otras que sirven de escenario de eventos y algunas alteradas simplemente para goce y disfrute de visitantes.

Miguel Cuesta
Autor de “Un corto viaje a República Checa”

El autor acaba de publicar una nueva guía por la República Checa. Más sobre él y su trabajo también en su perfil de Twitter o Instagram o en la web.

 

 

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